Cuando alguien se atreve a hacerte una pregunta trascendental, la respuesta debe ser, cuanto menos, meditada.
Hace días, alguien muy especial, preguntó: ¿Cuándo ha sido la última vez que te has sentido narradora de tu vida?
Nada más… y nada menos.
Tras pensar un momento, sentí que estos dos últimos años —2020 y 2021– han sido dos de los años más extraños, originales y curiosos de mi vida (y de toda la humanidad, me atrevo a decir). A pesar de los males que han comportado, y que no me permito minimizar, para mí han significado una oportunidad, un redescubrimiento, un espacio de conexión para renacer.
Sí, puede resultar extraño —aunque sé que hay muchas personas a las que le ha ocurrido igual—, pero en el tiempo de aislamiento me he permitido descubrir pasiones que no sabía que existían, entre ellas, esta misma que te permite estar ahora leyéndome.
Sin embargo, cuando pienso en todo lo que he conseguido, en todo lo que me he permitido avanzar, en todo lo que he priorizado en mi vida, siento que he sido la verdadera narradora de mi vida cuando he aprendido a soltar: soltar las mochilas cargadas que no me pertenecían. Soltar los pesos y la responsabilidad de otras personas. Soltar las culpas y creencias autoimpuestas. Soltar… Simplemente soltar y respirar.
Soy la narradora de mi vida desde que he aprendido a vivir en el presente, dejando atrás los problemas pasados —resueltos o no, pero que no tienen cabida en mi vida—, y entendiendo que no puedo avanzarme al futuro, no hay necesidad, ¿para qué?
Así que soy narradora de mi vida desde que siento paz, desde que me siento plena con lo que tengo, desde que soy responsable de crear mi propia realidad, desde que me centro en mi propia vida y dejo de lado la de los demás, desde que soy feliz con detalles diarios que me dibujan una sonrisa, desde que soy consciente que creo mis sueños y el camino para lograrlos, desde que he dejado de seguir las directrices de la sociedad, del consumismo, de la belleza, de la moda, de las exigencias impuestas y autoimpuestas, de querer lograr la aprobación de los demás.
Soy narradora de mi vida desde que he conseguido ser yo.
Mar Bayona | Escritora | Aroma de Letras 
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