El cuerpo

Entro en la habitación sabiendo que no puedo estar ahí. No debo. 

La luz blanca me hiela la sangre, lo ilumina todo de una forma irreal. Me acerco a la mesa de acero y la toco. Está fría. Impoluta. Sin una sola marca. Y encima está el cuerpo tapado con una sábana, también blanca como la habitación, también fría. Todo es frío allí dentro.

Quiero levantar la sábana y mirarte por última vez, aunque no quiero recordarte así… pero si estoy aquí es porque necesito ver que es real, que ya no vas a estar.

Decido levantar la sábana y ver tu cara. También está blanca. Sin vida. Toco tu piel helada. Creo que ahora mismo mi cuerpo está a la misma temperatura que el tuyo, noto que no me circula la sangre. Te miro sin creer que te estoy viendo tendido en una mesa de acero.

Cierro los ojos para decirme que todo es real, y al abrirlos, te veo mirándome…

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